11/2/09

- gemidos

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Qué bien reflejado ese arder en mi propio infierno. Así es, siento que la llama me consume al ser espectadora de mi propia obra, la destrucción. de algo tan hermoso. Hay una edad en que una no tiene fuerzas para la lucha, el desgarro es insoportable, ya no hay vida, una zozobra interior me va hundiendo en las sombras más extrañas que poco a poco van alejándome de la realidad.
Complejo laberinto es esta cotidiana confusión que me provoca tal desespero..., sola, sin nadie en mi piel, en mi alma que comprenda esta angustia que vino provocada por un infinito amor. Mis necesidades quedaron huérfanas, solo fantasmas burlones vienen a acomodarse a mi alrededor a todas horas, se convirtieron en mis únicos compañeros de viaje...

...aaaggg!!!... grito perplejo, incógnito que surge del desconcierto y QUE a la confusión llega quedándome sumida en un, tal vez, absurdo y extraño aturdimiento, en un eterno dolor que por una vez no encontrará el sosiego ni en mis eternos compañeros vosotros de grafito y corcho.

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Hondos gemidos QUE no son sino clamores estremecidos de aquello que principia a no ser..
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