No fue un juego o al menos yo no lo hice juego ni tampoco engaño. Sólo sombras que en la penumbra me cercan ahogándome serán lo único que me quede de tí. Derrotas de mi adentro me hacen huir de mi misma, igual que mis miedos y tu comodidad me hacían escapar de tí, ahora todo se me enfrenta burlándose de aquellos tontos temores. ¿Hacia dónde huir ahora? ¿de qué escapar? ¿qué equivocados temores serán esos que me persigan? ¿adónde a la emoción hallaré detenida?
Todo pasa, mentiste aquella vez que lo dijiste. El dolor y el recuerdo serán mi necesidad, la única urgencia con que llenaré huecos buscando olvidos que nunca llegarán...
