1/7/09

quiero dormir, todo se derrite

.

Térmicos fantasmas se pegan a estos calenturientos días en los que incluso el pensamiento se derrite. Yo, que nunca duermo, quiero dormir el sentimiento, eludir soledades, dormir la realidad, no despertar. Quiero creer que el mañana no llegará nunca, que quedará detenido, adormecido en su propio futuro, que el pasado se me enrede en un permanente presente. Quiero tener la neurótica seguridad de recuperar lo que terminó demasiado pronto, antes incluso de su comienzo. Quiero que estés para que todo sea diferente, para que al menos nada cambie.
Y pensar que lo más pesado de la vida no es lo pasado, que lo más pesado de la vida son las cosas "no hechas", los detenidos silencios hechos de deseos a destiempo, y, es que me niego, me niego a aceptar estas derrotas, estos abismos que me alejan de mí misma, que me acercan a mi verdadero yo, solo y desprovisto de secretos, ahora que de nuevo me decido a hablarle al mundo, a gritarle al aire, ahora que el pasado se me queda un poco remolcado hacia adelante necesito recuperar mi sonrisa, pero ésta, sabiendo que no tendrá donde posarse, se me rehúye.