7/10/11

otra metáfora

Instantes de mil horas
tiempos sin nadas ...
lágrimas de papel
como epílogo de un juego de amor.
Alma hecha jirones congelados,
aromas y evocaciones de otro tiempo
donde todo se halla detenido
acaso para nunca regresar.
Perezosos arpegios abandonados en el olvido,
despojos hoy,
que una vez vinieron a darme la vida,
agua pasada en tu vida.
Se me fue esa alma que no tenía,
esa que tú me diste (y era mentira),
esa que ahora te pido y no me das.
Acá, en el otro lado quedo, tirada,

sola, sin más
con unas pocas cenizas
para rellenar los cráteres que en mi alma dejaste
Días y más días que se van
lleváronse mucho,
días que vienen trayendo nadas
Ay! de estos trastornos ominosos recorriendo el pensamiento
cual gotas de lluvia en melódicos conciertos;
nuncas y ayeres mañanas de pecado,
miserias del querer
aprisionado.

Ayeres que nunca se entrelazaron
acunarán por siempre mi tristeza
acaso sea ésta la única forma de sobrevivir...
en la memoria.


Todo pasa para tí y a la vez todo permanece en mí.

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